Momentos persistentes
Ni tu ni yo hablábamos, estábamos en silencio, si tan solo hubiéramos sabido lo que vendría…
Todo había comenzado por una cosa insignificante, un no responder, un enojo instantáneo, una insistencia infantil, un enojo infantil para ti, ¿cierto?
No nos hablamos, ni nos miramos, solo palabras frías y normales, música de fondo ruidosa y todo lo contrario al ambiente, demasiado feliz como para este momento tan triste.
Te vas pero no indiferente, siento tu tristeza como yo siento la tuya, ¿Por qué no hacemos nada?, ¿estamos esperando que el otro torza el brazo? Este caso me recuerda a una buena amiga mía..yo siempre le digo debes hacer lo que tu corazón te dice, y ¿Qué demonios me dices ahora?...quiero abrazarlo y no tengo peros…
De hecho...la historia acaba iré a abrazarle ahora, a escondida. Hagan todos lo mismo.
Sonríanle, enójense y lloren pero traten de que sea siempre juntos.
Comentarios
Publicar un comentario