Devuelveme mi vida...

volver al pasado no tiene porque solucionar nuestras cosas, pero si puede aprender de el.
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Arreglar, era todo lo que deseaba. vagaba por la ciudad de Santiago actual, igual de "cemento" que siempre, los autos volaban al igual que mi imaginación con aquella paloma androide, lo cual obviamente también era mentira ya saben...cosas de imaginadores.

En el camino observó un cartel que decía: "Viaje a su pasado, vuelva a la historia, vuelva a su vida",¿ que acaso esta "vida" era mala?...bueno...después de que los índices de contaminación subieron claramente no era lo mejor.

-Que cartel mas tentador- murmure mientras no dudaba un segundo para entrar.

-Bienvenida- me dijo un tipo de pinta rara, solo avance, estire mi mano y le deje los $45.000 pesos en la mesa.

-Trece años atrás por favor- El tipo me miro con un toque de curiosidad, habrá pensado que soy una espía o una asesina en serie realmente no me interesaba, le había pasado el dinero...que me devolviera mi vida.

-Bien acompáñeme por aquí- Se levanto y dejo el dinero ahí, al aparecer no le dio mucho interés. Pasamos por un montón de habitaciones que alimentaban mi curiosidad, pero yo venía a algo fijo, llegamos a la que al parecer era la habitación final. Una maquina enorme estaba ahí, confusa que palabra más perfecta para describirla.

-Entre, yo la acompañare- un balde de agua fría me callo encima.

-¿Acompañarme?...¡¡eso no decía el cartel!-

-Lo siento pero debo cuidar que no afecte a la humanidad-

No me quedo más remedio que someterme a esa maldita regla, entre y comenzó el viaje...al 2002, miles de imágenes extravagantes pasaron por mis ojos, llegue...invisible para todos, pero mi pequeña Yo, con mis dos coletas...era inmune a mi función de sonido, ella me escuchaba. Me acerco a ella, no me ve pero siente mi respiración...

-Dile te quiero...mientras puedes querida, quítate el peso del futuro que vendrá...quítamelo, sálvame...dale tu cariño...-Mi pequeña Yo, miro a todos lados desconcertada.

-¿Que pasa Camila?-preguntaba mi abuelo mientras dejaba mi nariz de pequeña tranquila, mi Yo de pequeña lo miro, lo abrazo y lloro a pesar de que no sería la ultima ves...que lloraría de esa forma y por esa causa.

-¡¡Te quiero abuelo!!-exclamo muy tiernamente.

Volvimos, el peso doloroso de mi pecho, de mi mente, de mi alma ya no estaba, había desaparecido! al fin...había podido dar ese cariño que solo mi abuelo podía recibir...ahora...yo podía vivir.