Tenemos miedo



Sabíamos lo que se aproximaba, pero no nos importó, hasta que llegamos ahí


                            Tenemos miedo

Tener una idea es el primer paso. El segundo, sentarse frente a tu instrumento de escritura y comenzar a redactar las primeras líneas de lo dibujado en tu mente perturbada por la creatividad espontánea durante un viaje hacia cualquier parte o con una charla casual y banal; de esas situaciones es de donde salen, tal vez, las mejores tramas para unos cuantos párrafos. En tercer lugar, pasarás a re leer tus oraciones, fruncirás tus labios o puede que apoyes tu mentón entre tus manos; seguramente, buscarás algo en lo que distraerte, ya sea Facebook, Instagram, alguna red social o un videojuego, un video en Youtube de gatos y perros graciosos nunca está demás. Proseguirás con el desarrollo de tu historia, de ese chico que esconde sus gustos, que se avergüenza de la música de su celular, que desea tener una conversación existencial consigo mismo y que su edad no aporta mucho a la estabilidad emocional. Sin embargo, ahí continuas, paseando entre las letras para construir palabras, luego oraciones, luego un conjunto de estas y así sucesivamente. Te detienes, re re lees y haces un gesto de disgusto. “Debería escribir otra cosa…esta idea ya no es lo que era” la imagen del viejo de los Simpson cantando “Mi vieja mula ya no es lo que era, ya no es lo que era”; que gracioso, pero contraproducente con tu creación. Te balanceas en tu silla o en la cama, te balanceas en tus propias críticas y pasas a la fase de aborrecer todas tus palabras, todas las elecciones que hiciste, de aborrecer incluso tu propia existencia. “¿Podré escribir alguna vez?, ¿Seré lo suficientemente bueno para esto?, ¿Será que mi vocabulario es pobre? Escribiré oraciones complejas, haré tramas profundas, Wattpad me ha mentido” Miras hacia algún lado con iluminación natural. Dejas caer tu inspiración en las manos del desasosiego. Por ello, borras todo con rabia, suprimes tu genial idea, extirpas todos tus ánimos, tu futuro como redactor, como escritora, como narrador se ve ofuscado. ¿Sabes por quién? Exacto. ¿Las razones? No sé, pues creo estar en el mismo recorrido que tu.


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